martes, 11 de junio de 2013

CASTILLOS DE FRANCIA CARACTERÍSTICAS, HISTORIA Y ARQUITECTURA


El castillo medieval en Francia tiene su órgano primordial en la "mota" o "torreón" (en francés donjon, término más utilizado en la historio-grafía , montículo artificial acompañado de empalizadas y terraplenes en el que se erige una torre; parece que surgió en Francia a comienzos del siglo X, en la época de las invasiones normandas.

Desde sus orígenes y durante bastante tiempo, hasta finales del siglo XI, la torre o donjon se construía en madera, haciendo alrededor un retranqueo de tierra. Podemos imaginar el aspecto que tendrían estas fortalezas de madera a través del Bordado o Tapiz de Bayeux, en el cual se representan varios ejemplos de castillos, aunque de manera esquemática; es el caso de Dinan. Este lugar que se presenta como una torre rodeada de un foso que aparece, a su vez, bordeada por una fuerte empalizada, elevándose en el centro la torre como reducto que domina el conjunto; el acceso a la fortaleza es mediante una pasarela que atraviesa el foso. En este tapiz, por tanto, encontramos los elementos primordiales de una fortaleza medieval: la mota, el donjon (reducto central), y la empalizada.
Fue a partir del año 1000 cuando estas torres, en ocasiones utilizadas como vivienda, comenzaron a construirse en piedra, si bien el tránsito no fue radical. Por un lado, esta transición se debió a razones de seguridad, ya que las técnicas y el armamento militar cada vez era más sofisticado y requerían de muros más fuertes; y por otro, al cambio social que estaba teniendo lugar, por el cual cierto sector de la sociedad podía permitirse realizar una construcción en piedra. Es decir, que el donjon, además de sus funciones de residencia cumplía la de símbolo de poder.

Los ejemplos más antiguos de esta tipología en Francia son el donjon de Doué la Fontaine (Maine-et-Loire), erigido alrededor de 950, y el de Langeais, por encargo de Foulque Nerra, conde de Anjou, fechado en 1017. Estas dos construcciones son cuadradas con unos muros finos en origen, pero que poco a poco se estribaron con voladizos. De hecho, su función originaria era la residencial y no como fortificación, si bien con el tiempo se convirtieron en torres defensivas, hasta llegar a 1100, momento en el que se tapian las ventanas y se refuerzan los muros.
Algunos ejemplos del donjon del siglo XI
Humbaud d'Huriel erigió en Huriel (Allier) un donjon de carácter defensivo hacia 1070, con muros más gruesos que se apoyan en contrafuertes exteriores. Además, podemos encontrar en el piso inferior una sala abovedada, frente a los otros cuatro -a los que se accedía por escaleras de madera- que eran de cubiertas planas.

A finales del siglo XI, Guillaume le Roux construyó una fortaleza en Gisors (Eure), conservándose la mota elevada, que ya en el siglo XII Enrique I Plantagenet roderaría con muros que se coronaban con un shell-keep, muralla de origen anglosajón que circunvalaba la plataforma de la mota. Éste elemento, que no tuvo mucho éxito en Francia, podía albergar en su interior tanto viviendas como establos o capilla. Sin embargo, la fortaleza original será reemplazada por un donjon octogonal distribuído mediante contrafuertes. Estas nuevas formas de carácter circular fueron todo un avance militar, dado que trataban de eliminar las esquinas como ángulos muertos.
No podemos olvidar que aquí hemos realizado una selección y que existen en Francia otras fortalezas del siglo XI dignas de mencionar como Montbazon, Loches, Beaugency o Chambois.

El siglo XII y los castillos de los Plantagenet
Durante el siglo XII, muchos monarcas y nobles se acercan a los antiguos tratados de arte militar, entre ellos Godofredo Plantagenet, que según Jean de Marmoutiers, en 1151 se encontraba leyendo el tratado de Vegecio, Epitoma rei militaris; y a partir del mismo mandó realizar un proyectil incendiario inspirado en lo descrito por el autor clásico. Al igual que él, otros se interesaron por la mejora de sus sistemas defensivos, dando lugar a nuevas construcciones militares.

Houdan (Yvelines), fue mandado construir en el primer cuarto del siglo XII por Amaury III, señor de Montfort y conde de Evreux (1105-1137). El arquitecto debía conocer los principios de Vitrubio, así como el tratado de Vegecio, llevándole esto a realizar un espacio interior cuadrado con las esquinas matadas por cuatro torres semicirculares que se han antepuesto al círculo que lo rodea y que albergan las escaleras.
A mediados del siglo XII se construyó la Tour César, en Provins, donjon octogonal con torres semicirculares que se apoyan sobre cimientos. Los condes de Champagne realizaron una edificación que consta de adarve, salas abovedadas e incluso muros y fosos.
Por último y como ejemplo superior a los anteriores, contamos con el donjon real de Etampes (Essone), erigido entre 1130 y 1150, con una planta definida por cuatro torres semicirculares que se insertan en un cuadrado interior, dando lugar a una planta trebolada. Dicha construcción constaba de cinco habitaciones en cada piso y escaleras de caracol, configurando un completo palacio dentro de una torre.

Otros ejemplos en este estilo son las construcciones de Ambleny (Aisne), Chauvigny (Vienne), Pouzauges y Gisors (Eure), en la que Enrique II Plantagenet realizará ciertos cambios que modernizarán y darán mayor prestancia al castillo tras su matrimonio en 1161 con la hija de Luis VII.

Castillos de Francia del siglo XIII
Tras la muerte de Ricardo Corazón de León, Felipe Augusto logrará salir del cautiverio al que había sido sometido, logrando así reconquistar la Normandía. Tras dichas conquistas, el monarca decidiría reforzar los sistemas defensivos de sus fortalezas o incluso reconstruirlas por completo.
A muchas de estos castillos en Francia se les añadió un nuevo donjon, eligiendo lugares estratégicos para su situación, como es la torre del Prisionero en Gisors, la de Talbot en Falaise o la de Coudray en Chinon. Éstas serán torres cilíndricas de buenos sillares y unos catorce metros de altura y salas interiores cubiertas con bóvedas de ojiva.
De los edificios construidos de nueva planta por el monarca, los principales serán el del Louvre en París y el de Rouen, de los cuales ya no queda nada salvo la torre Juana de Arco, del segundo. Es por eso que han pasado a la posteridad dos edificios menos importantes en su momento, pero que subsisten hoy día, como son el de Yèvre-le-Châtel (Loiret) y el de Dourdan (Seine-et-Oise).

Yèvre-le-Châtel es una pequeña fortaleza de estilo gótico que presenta ciertas particularidades algo arcáicas, dado que se construyó en los primeros años del siglo XIII. La torre será circular con arquerías y escaleras en el interior de los muros, además de salas cubiertas por bóvedas ojivales.
En cuanto a Dourdan, podemos decir que ya estaría construido para el año 1222, y en él enonctramos las características propias de este período, planta prácticamente cuadrada, foso y una torre suplementaria, el donjon, más robusta que las otras y rodeada de foso; de igual modo que ocurría en la desaparecida fortaleza del Louvre.
El esquema que van a seguir en estos momentos es menos complicado que el del período Plantagenet, como hemos visto anteriormente; se trata de un cuadrilátero con torres cilíndricas en las esquinas, barbacana y adarves. Las obras de este período se aprovecharon de los progresos arquitectónicos de la época, como el empleo de bóvedas ojivales, que permitían cubrir todas las estancias en piedra.
Sin embargo, poco a poco estos edificios pasarán de ser una mera plaza fortificada, para dar lugar a los palacios fortificados; es por ello que los muros exteriores cambian por completo, haciéndose más estrechos y regulares. Ésta será la tipología que perdure en Francia durante más de dos siglos, realizándose modificaciones exclusivamente en la decoración de los aposentos.

Construído en 1200 por Pedro II de Courtenay y en gran competencia con el del Louvre, el palacio de de Druyes-les-Belles-Fontaines (Yonne) se conserva en pie como una imponente ruina. Su esquema es de planta cuadrada con las esquinas protegidas por torres circulares, mientras que los aposentos se alargaban por toda la fachada con vanos geminados que daban al valle. Además, contaba con una barbacana de arco ojival y contrafuertes en el centro del muro, realizado con sillares de gran calidad.

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